La espera fue larga, inclusive muchos creían que jamás iba a ser puesto en pantalla. Sin embargo, tras muchas idas y vueltas, debutó en Telefe Acompañantes, la ahora mini serie protagonizada por Pablo Rago, Jorge Marrale, Nicolás Pauls y Fabián Gianola.
Cuando se grabó Acompañantes, ni Jorge Marrale sabía que iba a componer al malvado Astor Monserrat, ni Pablo Rago sospechaba que iba a ser la cara de la nueva comedia de Pol-ka, ni Nicolás Pauls imaginaba que iba a complicarle la vida a los Teen Angels y mucho menos Fabián Gianola podía suponer que iba a mostrar los errores del 13 en De lo nuestro lo mejor y lo peor.
Algo más de 3 años pasaron desde que los cuatro hicieron esta comedia producida por Endemol, y sin embargo el germen de la historia aún sigue vigente.
Si tomamos a la realidad como contexto, donde una crisis mundial acecha y atemoriza a muchos, ver en televisión la historia de cuatro personas con problemas laborales y financieros disimula el hecho de la prolongada brecha entre la grabación y la emisión de Acompañantes.
Desde el argumento no se plantea nada nuevo: cuatro hombres perseguidos por carencias económicas e inestabilidades laborales deciden incursionar en un mundo cargado de tabúes y estigmatización social: el de los acompañantes masculinos.
Los cuatro protagonistas son actores multifacéticos que en conjunto funcionan con buena química. Cada uno Compone un personajes diferente: Marrale es el profesor de filosofía empobrecido, Gianola el desempleado crónico devenido en “amo de casa”, Rago es un ventajero perseguido por sus deudas y Pauls es un chico de la calle caído en desgracia.
Cuatro personalidades que funcionan para que los enredos surjan de manera ágil y sutil.
Una de las fallas de Acompañantes es el ritmo con el que se muestran los enredos y situaciones a los que son expuestos los protagonistas.
Los cuatro viven a su manera una crisis existencial por encarar una profesión de dudosa moral, pero rápidamente las preocupaciones son dejadas de lado para ponerse en manos de mujeres que los ven con objetos de deseo o desprecio (porque los prejuicios de la prostitución masculina también se ve reflejada en las clientas).
Los personajes tienen sentimientos encontrados que no se ven reflejados en las situaciones argumentales.
Siempre es bueno que una ficción vea la luz, que el trabajo de mucha gente (no sólo de los que salen en pantalla) se muestre y pueda ser apreciado. Telefe le dio una segunda oportunidad a Acompañantes. Ahora depende de la ficción saber atrapar al televidente a lo largo de cuatro lunes.
FUENTE. http://www.television.com.ar
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