jueves, 9 de abril de 2009

Magalí Montoro: “Me gustaría que se viera la diferencia entre una modelo y una vedette”

Alguien tenía que levantar la mano para hablar de lo que pocas se atreven: El enfrentamiento entre las bellezas que desfilan y las que suben al escenario.
Es la panelista de Infama quien pone el pecho para defender su lugar. Y con propiedad: gastó durante diez años la suela de sus stilettos.


Al tiempo que usa palabras como “monísima”, lleva la picardía guardada bajo la manga.
Y si el tono de su voz suele recordar a Mora Furtado, en otros momentos pareciera estar hablando una pichona de Moria Casán. Algo así como Dr. Jekyll y Mister Hyde (aunque bastante más atractiva, desde ya), este es el extraño caso de Magalí Montoro.
Esta cordobesa de Río Tercero, que subió por primera vez a una pasarela a los 16 años, hace unos meses probó con la televisión abierta. Y le tomó el gustito.
Hoy, es una de las figuras de Infama, el programa de Santiago del Moro que supo ganarse su lugar en América. Al igual que lo hizo esta morocha, a puro desparpajo.
“Nunca estudié actuación ni periodismo: lo mío es ser caradura –reconoce Montoro. Pero bueno… convengamos que muchas están en la tele sólo por caraduras”.


–¿Y quiénes son?
–No sé, no sé. No te quiero dar nombres para no meterme en quilombos (ríe).

–Pero desde que llegaste a la televisión, ya tuviste problemas con más de una chica.
–Sí, sí. ¡Pero fue con una sola! Con una rubia muy linda a quien, para mi gusto, no le da la altura para ser modelo.

–Hablás de Alejandra Maglietti.
–Sí. Tuvimos unos entredichos. Ella habló de mí, diciendo que me faltaba mucho para ser conocida, y también modelo top. Y me dolió. Le respondí, y le dolió a ella.

–¿Qué le dijiste?
–Nada… Me preguntaron qué pensaba de ella, si era modelo o vedette. Y respondí que, como es más bien bajita, voluptuosa y llamativa, daba más para el perfil de vedette. Pero no la insulté, ni mucho menos.

–Existe la idea de que las modelos tienen algún prejuicio con las vedettes.
–No están mal vistas, pero nosotras… A ver, muchas vedettes dicen que son modelos, y nosotras no lo vemos así. La modelo es flaca, alta, de 1,75 m para arriba, más bien con pocas curvas, con un perfil más bajo, y por lo general, siempre está vestida. En cambio, las vedettes son más ligeritas de ropa, y muestran más porque tienen muchas curvas. Pero no es despectivo.

–¿Existe o no existe un prejuicio?
–No, no. Pero cuando una vedette dice que es modelo porque se subió a una pasarela para desfilar ropa interior y mostrar su cuerpo, a las que realmente somos modelos nos molesta. Nosotras no hacemos eso. Mostramos el cuerpo pero de una manera más sutil, y no nos exponemos tanto como se expone una vedette.

–Así, las modelos marcan una diferencia.
–Sí, y nos gustaría que se viera esa diferencia. Pero no es por desprestigiar a nadie. De hecho, Maglietti es monísima. Pero no da para modelo.

–¿Qué pasa cuando las modelos incursionan en el teatro de revista, como hizo Nicole Neumann, por ejemplo?
–Fui a verla a Nicole al teatro, y lo hizo más como modelo que como vedette. Siempre estuvo muy vestida y muy cuidada. ¡Ni siquiera usó conchero!

–¿Qué pasaría si una vedette se ofende porque una modelo se pone las plumas?
–¡Estaría perfecto! Hay vedettes que se suben a la pasarela, modelos que son actrices, actrices que son modelos… Está todo mezclado, pero hay gustos para todo. Espero que nunca se me dé por ponerme las plumas, porque voy a ser presa de mis propias palabras (ríe). Igual, no me da la cara para estar en un teatro, enfrente de tanta gente. No es lo mismo que subir a una pasarela: ahí camino, y nada más. La vedette tiene un nivel de sexualidad muy alto que a mí no me sale. Aunque también puede ser sexy. En mis primeras fotos como modelo parecía una tonta, la nada misma. Ahora estoy muchísimo mejor.

–¿Con Karina Jelinek no te peleaste? Leí que te llamó Magalí Montoto.
–¡Ay!, mirá, el primero que me dijo Magalí Montoto fue Roberto Giordano. Si quieren insultarme, que lo hagan de otra forma. En Infama, Jelinek me deliró junto a Maglietti diciendo que yo no era modelo top, y no sé qué más. Pero está todo bien.

–Al final, ¿no vas a decir quiénes son las que aparecieron en la televisión por generación espontánea?
–No, no, para que después no salgan a decir que la Montoto anduvo hablando mal.

FUENTE. http://www.paparazzirevista.com.ar

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