POR. Amilcar Nani
Cómo descubrir a la persona detrás del personaje El que haya pensado que Terapia – única sesión es un reality donde vamos a ver los secretos más profundos de alguien del mundo del espectáculo, no se equivocó. Por lo menos no se equivocó por mucho.
El psicoanálisis y la terapia -sinónimos de intimidad- están presentes desde el primer momento y son los pilares fundacionales de la nueva propuesta de América. Y los pacientes/entrevistados entran en el juego predispuestos a sacarse el cassette.
Lo atractivo es que todos los elementos que la psicología aporta al programa que conduce el Lic. Gabriel Rolón permiten ver una entrevista poco habitual en la televisión. Más que una catarata de confesiones atormentadoras, lo que propone Terapia – única sesión es que el entrevistado muestre un costado más humano construido desde la autoreferencia absoluta. El modo en el que Rolón maneja la entrevista utilizando en iguales dosis herramientas de la psicología y el periodismo, permiten que el personaje se transforme en persona. Que desde sus labios salga una definición propia.
Como la cara visible del consultorio/programa, Rolón cumple su función manejando los hilos de una manera muy particular: en lugar de preguntar, escarbar, o acosar al que tiene enfrente, el conductor del programa los deja hablar, los deja asociar libremente y sólo orienta la conversación hacia tópicos generales como el amor, la infancia, los momentos felices y los no tan felices. No plantea una charla de amigos. Él escucha y deja en claro que marcará el rumbo de la conversación.
Así manejó a Florencia de la V, la primera invitada del ciclo, que acostumbrada a descolocar a entrevistadores sin mucha cancha, acá estuvo contenida y en confianza, al punto de bajar un escalón de su papel de “diva en progreso”. Por supuesto, contó otra vez su realidad como travesti, pero no lo hizo con su habitual verborragia o sus modales que la resaltan como cómica. En Terapia – única sesión se dejan de lado los temas del día a día para hablar desde un plano más profundo.
En el programa, el paciente no habla de su realidad laboral, sino de la satisfacción por sentirse realizado; no se habla sobre cómo está con su pareja, sino qué piensa del amor. Al final del programa, no sólo el televidente conoció un aspecto oculto de alguien mediático, sino que el mismísimo entrevistado termina su sesión conociendo algo nuevo de si mismo.
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