Duro de almorzar, con Fabio Alberti al frente, hizo su llegada (con sabor a retorno) cumpliendo las dos reglas básicas de los debuts: comenzar de manera puntual y con sus primeros informes hacer un repaso por los temas del verano, donde no pueden faltar Chiche Gelblung, Las Rickitas, Roberto Giordano y la inseguridad. La dinámica del programa es similar a la de sus progenitores (Indomables y Duro de domar). El conductor anuncia los informes y a la vuelta al piso los panelistas los comentan.
Gustavo Noriega, Guillermo Pardini y María Fernanda Iglesias, se ven más sueltos y relajados. Los informes siguen siendo graciosos, ágiles y ácidos, y los comentarios del locutor continúan siendo acertados.
Fabio Alberti parece estar contento del rol que le toca cumplir, aunque se lo vio nervioso, algo entendible en el primer programa. En algunas actitudes recuerda a Roberto Pettinato, y la comparación es inevitable.
Los chistes en el comienzo y presentar los informes caminando hacia la cámara son, casi, una marca registrada de Petti.
La gran novedad del programa llega cuando entra el invitado, que además de salir de un closet, va a un living, donde Fabio Alberti, y el equipo completo después, le hacen una entrevista.
Esta vez las preguntas se notaron leídas, ansiosas y nerviosas, algo que con el pasar de los programas será corregido. El verdadero o falso quedó atrás y ahora la consigna común a todos los invitados es la invitación a contar algo que no se sepa de ellos.
Para el final un clásico de Fabio Alberti: la reflexión. Aquel segmento que hacía en Todo x $2, donde con una pizarra filosofaba acerca de las últimas noticias de nuestro país.
La reflexión es un acierto, el conductor se luce y hace reir a compañeros y espectadores.
Duro de almorzar hizo su llegada a Canal 13. Fue una hora que se pasó muy rápido, y que hasta pareció menos.
Gustavo Noriega, Guillermo Pardini y María Fernanda Iglesias, se ven más sueltos y relajados. Los informes siguen siendo graciosos, ágiles y ácidos, y los comentarios del locutor continúan siendo acertados.
Fabio Alberti parece estar contento del rol que le toca cumplir, aunque se lo vio nervioso, algo entendible en el primer programa. En algunas actitudes recuerda a Roberto Pettinato, y la comparación es inevitable.
Los chistes en el comienzo y presentar los informes caminando hacia la cámara son, casi, una marca registrada de Petti.
La gran novedad del programa llega cuando entra el invitado, que además de salir de un closet, va a un living, donde Fabio Alberti, y el equipo completo después, le hacen una entrevista.
Esta vez las preguntas se notaron leídas, ansiosas y nerviosas, algo que con el pasar de los programas será corregido. El verdadero o falso quedó atrás y ahora la consigna común a todos los invitados es la invitación a contar algo que no se sepa de ellos.
Para el final un clásico de Fabio Alberti: la reflexión. Aquel segmento que hacía en Todo x $2, donde con una pizarra filosofaba acerca de las últimas noticias de nuestro país.
La reflexión es un acierto, el conductor se luce y hace reir a compañeros y espectadores.
Duro de almorzar hizo su llegada a Canal 13. Fue una hora que se pasó muy rápido, y que hasta pareció menos.
FUENTE. http://www.television.com.ar
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